lunes, 3 de diciembre de 2012

Control.

Ian Curtis fue un gran tipo y un gran artista, se suicidó. Tenía fama, dinero, lideraba una de las bandas más punteras y pioneras del llamado "post punk", tenía una hija recién nacida y tenía el amor de dos mujeres. Un tipo sensible, enamorado, sentenciado.
El amor de dos mujeres, dos mujeres que habrían hecho cualquier cosa por él, y fue incapaz de decidirse. Sufría ataques epilépticos y el éxito le sobrepasó,pero sobretodo, sufría por amor. Tuvo el valor de hacer lo que yo nunca haré. Se puso The Idiot de Iggy pop, se ató una soga al cuello y minutos después dejó de sufrir para siempre. Tenía 23 años. Empatía.




No hay comentarios:

Publicar un comentario